domingo, 27 de mayo de 2012

TRABAJO AUTONOMO SEMANA 14, LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA Y ESCRITURA EN EL CONTEXTO UNIVERSITARIO. Si preguntamos ¿qué papel cumple la lectura en la preparación en la formación del estudiante univer¬sitario?, los docentes, los investigadores y los estu¬diantes responderán que la lectura es el eje central del proceso educativo y que de su dominio depende, en parte, el ingreso a la universidad y el éxito acadé¬mico y profesional. El estudiante universitario descubre que la lectura es una actividad decisiva en su trabajo académico, porque necesita ampliar, confrontar y reelaborar, a partir de una bibliografía, los conceptos que se traba¬jan en clase y en las asesorías. Cada vez con mayor intensidad, la metodología de los cursos descansa, básicamente, sobre las activida¬des que llevan a cabo los estudiantes en relación con la elaboración de informes de lectura, ensayos, estu¬dios, monografías y trabajos de investigación. Para cumplir con estos requerimientos en forma eficiente y productiva, el estudiante debe desarrollar al máximo su habilidad lectora y la capacidad para utilizar ade-cuadamente todos los servicios que prestan las bi¬bliotecas y los centros de documentación, y adquirir criterios para seleccionar los materiales que necesita. Nuestra experiencia docente en la universidad y en el bachillerato, y los planteamientos que hemos en¬contrado en artículos de revistas, periódicos y libros, nos indican que el estudiante que posee un buen de¬sarrollo de la aptitud verbal logra un mejor rendi¬miento en la Universidad. El ex profesor de la Universidad Nacional de Co¬lombia, Salomón Kalmanovitz, considera que la uni¬versidad colombiana no ha resuelto el problema de las deficiencias de lectura y de escritura que presen¬tan sus estudiantes, lo que repercute directamente en la formación académica y en la baja calidad profesio¬nal de sus egresados, quienes salen sin capacidad para continuar su formación científica e innovar. Ernesto Guhl, presidente de la Asociación de Fa¬cultades de Ingeniería, en 1987, atribuía la considera¬ble deserción de estudiantes de esta área a que ni en la primaria ni en el bachillerato se preparaba al estu¬diante para consultar, elaborar raciocinios ni estudiar por cuenta propia, actividades para las cuales es ne¬cesario un buen desarrollo de la habilidad lectora. Femando Ocampo, profesor de la Universidad Pe¬dagógica, en una ponencia que presentó en el Con¬greso Pedagógico Nacional en 1987, afirmaba que el fracaso de la educación colombiana se evidencia en la dificultad que muchos estudiantes universitarios tie¬nen para leer y escribir; comentaba que, como direc¬tor de tesis de grado, se tenía que dedicar a corregir la redacción y la ortografía en lugar de dedicarse a los aspectos propiamente investigativos. Los conceptos emitidos por los autores mencio¬nados, todos ellos vinculados a la educación supe¬rior en Colombia, nos permiten afirmar que la uni¬versidad no ha logrado compensar la falta de habilidades para leer y escribir que presentan la mayoría de los estudiantes que ingresan a ella. Con los planes de estudio vigentes es difícil superar a corto plazo este problema, ya que, por lo general, las carreras tienen, como máximo, dos cursos de es¬pañol; y no siempre el énfasis en éstos se hace en el desarrollo de la lectura y de la escritura. Tanto en Colombia como en el mundo existe una preocupación por elevar la calidad de la educación para formar profesionales competentes e investigado¬res capaces de resolver problemas. Se reconoce que para lograr este objetivo es necesario potenciar al má¬ximo las habilidades para leer y escribir, porque son esenciales para el avance científico, tecnológico y cul¬tural de un país. Consideramos que la lectura y la educación son in¬separables, porque sin negar el papel que cumplen y deben cumplir los medios audiovisuales en el proce¬so educativo, todavía la lectura es el instrumento más utilizado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las investigaciones sobre el fracaso escolar han descu¬bierto que el factor que más incide en dicho fracaso es la deficiencia en la lectura. Además de su papel en el proceso educativo formal, la lectura proporciona entretenimiento y es fuente de placer; es una de las mejores maneras de utilizar productiva y creativa¬mente el tiempo libre. Como es portadora de cono¬cimientos, ayuda a comprender las ideas de los de-mas, a refutarlas y a contrastarlas. También, nos sirve para conocer las culturas y las visiones del mundo que tienen otros pueblos; es la mejor forma de remontarnos al pasado y de reconstruir, en lo posible, la historia del hombre y de la sociedad, así como de acercarnos a las obras de autores que han dejado testimonios valiosos para la humanidad y que han aportado al desarrollo cultural y científico.

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